sábado, 29 de marzo de 2014

INDIFERENCIA ANTE LA POBREZA

Informes recientes, sobre pobreza infantil y sobre pobreza energética, indican que nuestro país sufre un enorme drama con muchos apellidos y un solo nombre: pobreza.
Mientras los indicadores macroeconómicos señalan una leve recuperación, los indicadores reales muestran la verdadera situación por la que están pasando millones de españoles que no ven ni de lejos la famosa luz al final del túnel y mucho menos están en condiciones de atravesar con éxito el cabo de Hornos.
La pobreza se está instalando en nuestra sociedad, aumentando la desigualdad y lo que es más grave, con una condición cada vez más estructural que coyuntural. El problema de fondo es reconocer si existe una verdadera voluntad para acabar con ella o si algunos, los que deciden, consideran que es un daño colateral para mostrar al mundo que hemos salido de la crisis.
La frialdad de las cifras y las iniciativas políticas hacen decantarse por esto último, cuyas consecuencias estamos padeciendo. Por mucho que se empeñen, la pobreza no se puede esconder bajo la alfombra del crecimiento del PIB.

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