lunes, 3 de marzo de 2014

DERECHO A EMIGRAR

El ministro de interior dice que va a endurecer la política inmigratoria española, pero en realidad nunca ha habido tal política, el mercado laboral, sobre todo el que genera la economía sumergida, y no la legislación vigente, sigue siendo el inhumano regulador que marca el ritmo de llegada y las condiciones de permanencia de los trabajadores extranjeros entre nosotros, al margen de la legalidad.
La UE y España lucha únicamente contra el síntoma que supone la violación de la frontera y posponemos para otro momento la lucha contra la enfermedad que representa la pobreza en África, esperando que sean otros quienes asuman los compromisos y responsabilidades necesarios para reducir las diferencias de desarrollo entre las dos orillas del Mediterráneo. La necesidad de adaptar medidas de urgencia para hacer frente a lo que está sucediendo en las fronteras del sur de Europa no puede hacernos olvidar que el origen de los movimientos migratorios actuales son los desequilibrios y las diferencias socioeconómicas y políticas internacionales, y que además estas son claramente percibidas, cotidiana y personalmente, por quienes desean partir, incluso arriesgando la vida, en busca de un trabajo y una vida digna.

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